Querido
chico equivocado:
¿Quién
va a saber quiénes somos, después de todo? Solamente nosotros dos. Y la gente
que nos vea pasar, cuando caminemos de la mano por alguna vereda cubierta de
hojas en La Plata,
otra vez.
Llevo
hojitas para tu libro de Pescetti, el que me enviaste en Octubre cuando todavía
intentábamos – o creíamos – ser amigos a la distancia.
No
sé si ese verano apenas nuestro, le duele a este incipiente otoño apenas mío (como
dice esa canción de mi amigo músico Jorge Farall). Pero sé, secretamente sé, que vamos a volver a vernos, y
podremos decirnos - por fin - las cosas que a la distancia no se pueden.
Graciaspor haber abierto una puerta, aunque esa puerta signifique que quizás nos
digamos hola, o quizás tengamos que decir hasta luego, mi amor, mi gran amor.
Gracias
por haberme inspirado un día para que estos dibujitos, hechos rápido en medio de tan poco
tiempo, pero tantas ganas, nos representen a los dos.
Este
blog empezó hace dos años hablando de nosotros, y así termina, por ahora.
Esta
es mi entrada número 100.
Hace
dos días que lloro, y no dejo de llorar.
En
siete días me recibo.
Hace
tres años que nos conocemos.
Hace
tres semanas que no te veo, después de esos tres días hermosos
Ahora
estoy pensando en vos.
Y
en que, como dice Juan Quintero…
=)
* * *